Y con estas palabras, se va a su mesa.
Yo no sabía que Cassandra fuera tan… idealista. Miro alrededor y veo la mesa de Erik y su madre a unos pasos de mí. Por desgracia, Erik me ha visto, me saluda con la mano y me sonríe. Suspiro con fuerza y voy con pasos decididos a su mesa mientras fuerzo una sonrisa y me siento. Las mesas tienen un mantel blanco y una vela en cada una de ellas, cosa que no entiendo, ya que parece un restaurante, sin comida. Pero habrá que dejarlo pasar.
Yo no sabía que Cassandra fuera tan… idealista. Miro alrededor y veo la mesa de Erik y su madre a unos pasos de mí. Por desgracia, Erik me ha visto, me saluda con la mano y me sonríe. Suspiro con fuerza y voy con pasos decididos a su mesa mientras fuerzo una sonrisa y me siento. Las mesas tienen un mantel blanco y una vela en cada una de ellas, cosa que no entiendo, ya que parece un restaurante, sin comida. Pero habrá que dejarlo pasar.
–Hola, Kate –me saluda Erik–. Cuánto tiempo... ¿Qué tal estás?
Abro la boca para responder, pero antes se oye una voz por los altavoces:
–Buenos días a todos.
Ni la mitad de las personas se han callado.
–Escuchad, por favor.
Creo que es la voz de Anna, la quinta.
Siguen hablando, Anna hace otro intento de que la escuchen, pero en vano.
–¡Hey!
Esa ha sido Annie, que se ha levantado de su mesa, donde yo debería estar.
–¿Es que estamos en la escuela? ¿En serio?
Annie tiene unos años más que yo, es muy madura y muy impulsiva, como se ha visto.
–Gracias Annie –dice el altavoz.
Annie sonríe y se vuelve a sentar.
–Bueno, como antes os he dicho, escuchad atentamente. Hoy va a hablar María, ya que la señora Mc Arthur no ha podido venir.
María. Esa es mi madre. Y la señora McArthur es la primera hechicera de toda la historia. Habrá ido a otra reunión en Francia o América.
–Nos han informado de que se ha quebrado nuestra seguridad –esa es mi madre, directa al grano, sin saludar–. Al parecer han metido espías del otro clan en el nuestro y han informado de cómo encontrarnos. Por lo tanto, a partir de ahora nada de vestidos negros ni camisas azules.
Eso hace que surjan unos murmullos, y noto el peso de la mirada de Erik en mi en todo momento.
–Ya sé que es muy… grande lo que se pide, pero no sabemos lo que están tramando y no nos vamos a arriesgar. Vamos a cambiar los lugares de reunión. Ahora mismo la número Uno y el número Tres están al otro lado del mundo diciendo lo mismo que yo en otras dos reuniones.
Un silencio DEMASIADO PROLONGADO. Alguien se levanta, un hombre, no lo conozco.
–¿A quién se le ocurrió decir que nos teníamos que vestir igual?
Murmullos de aceptación, a mí también me pareció una chorrada en su momento.
–Señor –le contesta mi madre–, era la única manera que teníamos de reconocernos cincuenta personas… ¿Acaso usted se acordaría de todas las caras de las personas que estamos aquí y las reconocería?
Otra mujer se levanta, creo que es la madre de Annie.
–¿Se sabe quiénes son los infiltrados?
–Cuando lo sepamos os informaremos, no os preocupéis–. Mi madre sigue tranquila.
–Cuando lo sepamos os informaremos, no os preocupéis–. Mi madre sigue tranquila.
Un joven de unos veinte años se levanta y habla:
–¿No tenemos a dos exiliados aquí?
Todas las miradas se desvían hacia nuestra mesa. La rabia me empieza a corroer ¿Y qué si son exiliados? No es su culpa.
–Sí, son exiliados, y antes eran tres... así que no creo que ganen nada vendiéndonos.
Entonces decido entrar en acción.
–Esto, por mucho que lo sienta, no tiene ningún sentido. Porque si en las últimas reuniones había infiltrados, ¿cómo sabemos que hoy no los hay? ¿Y si siguen aquí para informarse sobre las siguientes reuniones? Aparte de librarnos de vestir uniformados no ganamos nada. Y a ti – señalo al joven -, ¿te conozco? Igual eres tú el infiltrado. Propongo que cuando estemos en casa, hagamos una cadena: informaremos a los conocidos de cómo nos distinguiremos y a dónde iremos. Porque lo único que hacemos ahora mismo es sospechar. Y eso es lo que quieren los del otro clan.
Espero unos segundos de total silencio y me siento. Erik y su madre se levantan y empiezan a aplaudir. Y después les siguen todos los demás.
A Kate no le faltan agallas ¿eh?
ResponderEliminarEstá genial tu historia, en serio. Avísame cuando sigas subiendo. ^^
Se me ha hecho corto jo -.-" Espero el próximo.
ResponderEliminarSe ve que Kate tiene principios y que por mucho que le hiciera Erik es razonable. Sigue así :)
Me ha gustado mucho y cada vez estoy más enganchada ;D
ResponderEliminarMe gusta tu historia :)
ResponderEliminarpasate por mi blog si quieres, te sigooo guapa :)
besitoo!
http://graciasydesgraciasdeunafarola.blogspot.com/
http://graciasydesgraciasdeunafarola.blogspot.com/
Muchas gracias :)
ResponderEliminarMarta ahora me paso :D
Hoolaaa, soy... ehhmm.. Cameron's girl xdd ¿Caes ahora? jajajja
ResponderEliminarBuff, me encanta de verdad. No sabia que tuvieras esta faceta:)
horrela jarraitu, historia polita da!
Beno, nahibadezu hemen uzten dizut nire bloga, nahiz eta abandonatuta egon.. : http://palabraslibresdelalma.blogspot.com/
MUUXUUK,
Holaaa!!
ResponderEliminarsoy nunca sere como los demas de tuenti!!
buenooo pues me lo e leidoo y me a gustado bastanteee la historiaa en cuanto subas me abisas porfas???!!! :)
gracias!
Comenté hace tiempo, pero no veo mi comentario O.o Mi internet está fatal -.-"
ResponderEliminarBueno pues lo repito:
-Yo también voy a aplaudir!! Menos mal que Kate tiene sentido común porque si no fuera por ella...
Infiltrados...estoy deseando de saber quienes son!
Espero el siguiente! :)
Besos, Elenna.
PDT: Perdón por el fallo, pero no sabía que el comentario no se había guardado :( Lo siento.
Hola!! Me ha encantado el capítulo. Es cortito, pero esono quita nada. Además, ya se dice: "si bueno, breve dos veces bueno" (o algo así jajaja).
ResponderEliminarBesos!!