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viernes, 27 de abril de 2012


-          ¡Jack! ¡Pareces un niño pequeño! Solo tienes que retirar lo que has dicho.
Lo sigo hasta el jardín, doy una vuelta a mi alrededor, solo hay un columpio, una hamaca, y arbustos. Pero no se le ve por ningún lado.
-          Jack no seas bobo, sal de donde estés.
-          Yo no soy bobo. – Se le oye por detrás.
En cuestión de segundos algo o alguien, Jack, me agarra por la cintura y me hace un placaje, me echa al suelo, grito, cierro los ojos y luego río. Al notar que ya estoy en el suelo abro los ojos. El está encima de mí.
-          Mmmm… - Empieza. – Recuerdo que alguien me dijo que ella tampoco soportaba las cosquillas.
Me ha pillado, pero intento disimular, el se ha echado a un lado pero seguimos abrazados. Estamos de frente, y más bien el me agarra por la cintura para que no me escape.
-          No creo que yo haya dicho eso nunca. – Le sonrío. – Y creo que me deberías soltar para que no nos congelemos de frío.
Solo llevo un jersey verde a rayas blanco. Se echa a reír.
-          Yo estoy bien, pero mira. – Alarga un brazo y la acerca a mi punto sensible, la nuca. – Creo que esa chica me dijo que eran por esa parte de la espalda donde tenía más cosquillas de lo normal.
Y lo hace, me empieza a tocar por todas partes, yo empiezo a reír y a chillar para que pare mientras me retuerzo por el suelo.
-          ¡Para! ¡Esto no vale! ¡Paraaaa!
Para. Lo miro, está partiéndose de risa. Sentado de rodillas y se me ocurre una venganza. Hacerle lo mismo que me ha hecho. Me tiro encima de  él  y sé que le he pillado desprevenido porque… Bueno, que no se lo esperaba.
-          ¿Cómo puedes hacerme esto? – Me reprocha, después de parar de hacerle cosquillas.
Pongo cara de dolida y sorprendida.
-          Tú no eras la que suplicaba que parase. – Le reprocho bromeando, sigo encima de el.
-          Por eso te pregunto que por qué me haces esto. – Le miro, está mirándome tiernamente.
-          ¿Qué pasa? ¿Qué te he hecho?
-          Que no entiendo cómo me puedes hacer tan feliz con cosas como esta.
Instantáneamente los colores se asoman por mis mejillas y escondo la cara en su pecho. Sonrío como una boba.
-          Ey, no te escondas.
Ay dios mío, me está acariciando el pelo, y no sé por qué, cierro los ojos.
No sé cuánto tiempo transcurre así, yo abrazándole y apoyando la cabeza en su pecho  mientras él me acaricia el pelo haciendo que me den escalofríos. Pero entonces alguien tose y nos sentamos en un acto automático. Es la madre de Jack.
-          H-Hola señora Letterman. – Saludo muy cortada.
Por el rostro cubierto de tensión de la madre de Jack asoma una sonrisa.
-          Hola Kate, siento mucho haberos molestado pero me tengo que llevar unos segundos a Jack.
-          Cla-Claro – Hago un amago de sonreír, me muero de la vergüenza. – lo que quieras.
-          Enseguida te lo devuelvo.
Jack sale detrás de su madre y mira hacia atrás sonriendo.
Cuando entran dentro de casa me siento en el columpio y me balanceo mientras los segundos transcurren como una eternidad. Está claro, Jack me encanta y cada segundo que estoy junto a él me pregunto cómo besará. Esos labios, juntados con los míos… Ya me ha salido esa sonrisa tonta otra vez. Alguien abre la puerta del jardín, es Jack, lo noto con paso nerviosos y mira a todas partes, me levanto del columpio.
-          ¿Qué pasa? – Le pregunto.
-          Lo siento mucho, pero han ingresado a mi tío en el hospital, le ha atropellado una moto.
Llevo mis manos a la boca.
-          La que lo siente soy yo… Entonces me voy y os dejo.
-          Nosotros también nos tenemos que ir al hospital, así que si no te quieres quedar sola… - Intenta bromear, pero no lo consigue.
Entonces le abrazo, le abrazo con todas mis fuerzas.
-          Sé que eres fuerte – Le susurro al oído mientras él me devuelve el abrazo. – Subo a coger las cosas y me voy.
El asiente con la cabeza.
Subo a su habitación, cojo las cosas y me voy dejando atrás a Jack y ese momento del jardín, ya sabía que hoy iba a pasar algo importante pero esto… Miro el móvil, siete llamadas perdidas de mi madre. La llamo.
-          ¿Kate?
-          ¿Qué pasa mama?
-          Ven a casa lo antes posible, por favor. – Me suplica.
-          Voy en camino, pero ¿Qué pasa?
-          Secuestro sorpresa, tienes que venir conmigo, me han informado hace diez minutos.
-          Vale. – Resoplo. – Ahora mismo voy a casa.

1 comentario:

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