El ruido de unos pasos me despierta, abro los
ojos y oigo unos susurros.
-
Dicen que es imposible…
-
No… saben… y ella…
Por la voz, doy por hecho que son mis
padres los que están hablando.
-
¿Mama? ¿Estás ahí? – Susurro con voz adormilada.
-
Si – Entra a mi cuarto - ¿Qué tal te encuentras?
-
No lo sé.
La verdad es que me siento como si fuera un
día normal, ni bien ni mal. Eso sí, me siento un poco rara, como si lo ocurrido
hace… unos minutos o unas horas fuera un simple sueño.
-
Levántate cariño. – Me ordena mi madre.
Asiento, me despojo de mis sabanas y pongo
los pies en el frio suelo. Me pongo de pie y me muevo unos centímetros por mi
habitación. Me siento un poco mareada, solo eso.
-
Puedo caminar y no me duele nada. Solo estoy un poco mareada, pero eso
no es algo nuevo. – Le informo – Por cierto, ¿en qué año he despertado?
Mi madre sonríe.
-
En el dos mil once y ahora mismo son las dos del mediodía, eras como
la bella durmiente, esperando a tu
príncipe azul…
Se echa a reír, la verdad es que mi madre no
tiene sentido del humor. Pero eso no es lo que me importa… ¿¡ Las dos?! ¡Tengo
que llamar a Jack! Tengo que quedar con él
-
¿Ha llamado alguien? – Le pregunto agitada.
-
Si… Jack… creo… Pero Kate…
Sin dejarle hablar, salgo disparada al
pasillo a coger el teléfono, no tardo ni diez segundos en marcar el número de
Jack. Me encierro en el cuarto de baño,
-
¿Sí? Pregunta alguien al otro
lado.
-
Hola. – Saludo con una sonrisa, como me ha alegrado escuchar su voz.
-
Hola Kate, ¿Qué tal? Tu madre me ha dicho que estás cogiendo un virus.
-
¡Qué va! Ayer estaba muy
cansada, eso es todo.
-
¿Seguro?
-
Seguro. – Vuelvo a sonreír. -¿Y tu qué tal?
-
Pues… Bastante mal…
La sonrisa que tenía ha desaparecido.
-
¿Por qué?
-
Hoy no podré quedar… - Y ahora mismo cualquier chispa de alegría que
tenía ya no está, ahora vuelvo a sentirme cansada, enferma. – En serio, lo
siento, tu no estarás enferma, pero yo si… Es el maldito virus que se ha
apoderado de todo Londres y alrededores.
-
¿Y ha sido de un día para otro?
Ayer estabas perfectamente…
-
Ya lo sé, pero al parecer a las cuatro de la mañana me desperté muy
mareada y ya sabes...
-
Puf… Que mala suerte, ¿y tienes fiebre?
-
Creo que sí, un poco, treinta y nueve o por ahí…. – Ahora que lo
pienso, su voz parece más apagada, más débil. – Kate, lo siento de veras. Sabes
que tenía muchas ganas ¿no?
-
Pues… supongo…
-
Kate, ¡No seas boba! Me gustas mucho y quería que lo de hoy fuera una
tarde para los dos.
Sonrío y noto como se me ruborizan las
mejillas.
-
Vale….Pero por favor, - intento cambiar de tema – dime que mañana estarás
bien. Tienes que venir al insti.
-
Pues no sé si podré ir, si sigo así no sé si me dejarán, o si tendré
ganas….
-
Ah…
-
¿Y ahora por qué hay tantas ganas de verme?
-
Porque Beth está fuera y no sé si soportaré que tu tampoco estés
-
Qué bonito Kate. – Se ríe. .No te prometo nada pero a ver si mejoro, que estoy de tener fiebre
hasta los… Además tienes a Bennie, a Laurie y a Daniel.
-
Ya lo sé… Pero no es lo mismo.
-
Me lo supongo, ¿Qué sería del universo sin el guapo e inteligente
Jack?
Me río.
-
No seas bobo, sabes perfectamente que sería un mundo mucho mejor.
Ahora es el que ríe, pero eso hace que tosa, se
nota que está enfermo.
-
Eso me ha dolido mucho, - me reprocha. ¿Y por qué sería un mundo
mejor?
-
Sabes perfectamente que desde que tú estás con nosotros en los
descansos y en clases ha hecho que la mayoría de chicas nos odien, están
obsesionadas, y nos miran como si fuéramos unas delincuentes, pero si tu no
estuvieras, pues volverían a mirarnos ya sabes… Normal.
-
¿Eso es todo lo que provoco yo? ¿La desgracia de mis amigos?
-
¡Si nos quieren ver muertas! – Bromeo.
El vuelve a reír a carcajada limpia, adoro su
risa.
-
No, pero en serio, tienes que venir, mañana no podría sobrevivir sin
ti.
-
Ya veremos… - Se hace el interesante.- Bueno Kate, voy a tener que
colgarte.
-
Vale, adiós.
-
Adiós Kate.
Esta
vez soy yo la que cuelga primero. Las cosas me están saliendo al revés. Beth
está en Paris, Jack enfermo…
Sobre
todo lo que más me preocupa es que estoy con el signo de interrogación porque
mis padres dudan que este a salvo de la muerte a causa de la visión de ayer.
Además no paro de ver esas imágenes, da igual en lugar, no hago más que verme
llorando con el rostro lleno de desesperación. ¿Qué será lo que me hace sufrir
tanto? Sé que no me hace mucha gracia matar a alguien como si estuviera en “Los
Juegos Del Hambre” pero eso de que llore delante de mi enemigo… No lo sé, esto
me confunde, y mucho. Así que tendré que vivir con la curiosidad un poco más.
No tengo ni idea de cómo va a ser mi vida ahora en adelante y al parecer nadie
va a explicármelo.
Mola, mola... Y lo de Los juegos del hambre, simplemente genial *_*
ResponderEliminarOjalá el siguiente capítulo esté listo dentro de poco ^^ (Aunque sé que ya la has terminado, pero me refiero a subirlo xD)Como dicen arriba: Lo de LJDH es genial!!
ResponderEliminar¡Besos!